Metodologías activas para el TDAH: ¿moda o sentido común?

““La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”

Cita: Nelson Mandela

“Tanto para bien como para mal”, podría ser el final de la frase de Nelson Mandela. Cuando se elige la profesión de profesor, se ha de ser muy consciente de lo que significa educar y formar. Cada persona, cada niño, cada ser humano que pasa por sus manos se sentirá de un modo u otro influido. Y, ante esta enorme responsabilidad, el ejercer una influencia positiva debe ser primordial. Ahora, más que nunca, en que cada día crece el número de alumnos afectados por TDAH y otros problemas de aprendizaje en las aulas, las “metodologías activas” cobran una mayor importancia. Sepamos el porqué.  

Muy sencillo de responder:todo lo contrario al método basado en procesos memorísticos”. Sin entrar a valorar si son mejores o peores, al menos dejemos claro que, aplicadas de forma parcial o total, se ha demostrado su efectividad en todo tipo de alumnos. Digamos que, si en el método tradicional, hay determinados perfiles de niños (por ejemplo un niño con TDAH) que hoy día no encajan por el nivel de exigencia y presión que se ejerce sobre todos los alumnos por igual, sin importar su nivel madurativo, las metodologías activas, sí son capaces de integrar a la diversidad de alumnos en el aprendizaje.

Pongamos ejemplos de algunas metodologías activas para entender mejor cómo se trabaja con los alumnos. Una técnica sería poner al alumno en el centro del aprendizaje. Y cuando se dice en el centro, es absolutamente literal, física e intelectualmente hablando.

Me explico. Una clase podría estar formada, en vez de por mesas alineadas, por mesas redondas en las que ya por la disposición de los alumnos se favorece el intercambio de ideas y las interacciones. El profesor no se sitúa de frente a ellos en formato charla de “yo hablo y tú escuchas”, sino que se sienta detrás haciendo ver que son ellos los que llevan la responsabilidad de comunicar y trasmitir ideas. Lo que digan ellos es lo importante y ellos son los que van a dar contenido a las clases, por supuesto, guiados por su profesor que hará un rol de coach más que de orador.

Esta disposición de mesas también busca el trabajo cooperativo y en equipo. ¿No os parece una buena estrategia para preparar al alumno ante situaciones futuras del mundo real y laboral? Y además, ¿no hay mejor forma que el constante intercambio de ideas para fomentar un espíritu crítico constructivo?

A esta forma de enseñanza se le llama “aula invertida o flipped classroom” y también se apoya mucho en la tecnología para que el aprendizaje sea más dinámico y adaptado a los formatos actuales.

Pero además no solo se trabaja el método grupal. El trabajo individual se pide que se realice en casa, antes de ir a clase, mirando los contenidos previamente para luego trabajar sobre las dudas en clase. Aunque eso sí, usando otros formatos más interactivos como puede ser un vídeo.

Lejos de pensar que esto aleja al alumno de alcanzar las exigencias de las instituciones educativas, ocurre todo lo contrario. Al basar la enseñanza en métodos que motivan y estimulan al aprendizaje, se reduce la alta tasa de abandono escolar en España, realidad que no hay que olvidar y abordar para equipararnos a otros países de la Unión Europea con mejores ratios.

2. Design thinking y aprendizaje cooperativo

La gamificación (juegos), cooperación, resolución de problemas, creación de proyectos y el aprendizaje basado en el pensamiento, son más ejemplos de que hay otras formas de llevar la información hasta la plasticidad de sus cerebros.

El trabajo cooperativo por encima del trabajo individual. Está demostrado que aprendemos más y mejor en interacción y cooperación social. Desaparece la competencia, para dejar paso a las habilidades empáticas, comunicativas y comprensivas, pero sin perder de vista la búsqueda de un objetivo común.

¿No has practicado nunca un brainstorming en tu empresa?, ¿no has visto nunca cómo poner en común todas las ideas que tenemos ayuda a mejorar los procesos y a ser más innovadores en los productos y servicios?

Entonces, si conocemos su efectividad, ¿por qué no apostar por un modelo que estimule la puesta en común de sus pensamientos e ideas y desarrollar así todo el potencial de nuestros hijos?

3. Gamificación

El aprendizaje a través de los juegos ya no es una utopía en las aulas. Hay muchos profesores que hasta llegan a explicar la matemáticas a través de juegos. El juego no es incompatible con la adquisición de conocimientos, sino todo lo contrario. A través del juego, los conceptos se fijan mejor en la memoria.

Además toda la metodología que está implícita en un juego ayuda a desarrollar competencias para la buena convivencia en el mundo laboral.

Pensemos en ellas.

Recompensa: fomenta mantener el interés y la concentración en alcanzar el objetivo.

Posición: utiliza la jerarquía para destacar el desempeño y las destrezas.

Competencia: busca las habilidades individuales o en grupo para utilizarlas para el objetivo común.

Logros: destacar los progresos que se van alcanzando durante el juego.

Expresión: se promueve que los participantes digan lo que piensan y sienten. Aprender a escuchar y ser escuchados.

Todos los valores del juego crean la base de la autoconfianza y la comunicación.

4. Aprendizaje basado en problemas

¿Quién dijo que la curiosidad mató al gato? Indagar forma parte de la naturaleza humana y más en el caso de los niños.

Este método innovador -ABP- expone un problema de la vida real y siguiendo una metodología se les invita a investigar para aportar soluciones al problema. Aquí se ve el nivel de capacidad de superación inherente al ser humano ante la dificultad y el potencial de superarla de forma creativa.

De esta forma, se desarrollan competencias como pensamiento crítico, capacidad de superar problemas, gestión de las emociones y habilidades de comunicación.  

Al igual que en la vida profesional, a los alumnos se les plantea un problema a resolver. A partir de la investigación, se exponen soluciones razonando y argumentando porqué han optado por dicha solución.

Pueden ser desde problemáticas a solucionar solos o en grupo, hasta encontrar una solución rápida o por etapas. Lo que sí se hace es dar un tema de interés que les sirva de estímulo para avanzar y que el proyecto y desarrollo no se estanque.

Después de hacer un recorrido por algunas metodología abiertas, lo que ha quedado claro es que “otra educación es posible” y que los niños con TDAH u otros problemas de aprendizaje tienen una oportunidad de no quedarse atrás o abandonar los estudios.

Las metodologías activas son capaces de dar un hueco a niños que hoy día no encajan en la enseñanza tradicional, pero que gracias a ellas se integran en las aulas, respetando el nivel de madurez de cada uno.

Si quieres saber más sobre Centros que imparten pedagogías alternativas o metodologías abiertas en España, aquí dejamos una estupenda página web en la que además encontrarás un directorio por comunidades autónomas. Se trata de Ludus, proyectos educativos.

Cristina Morera
Author: Cristina Morera

Emprendedora, Especialista en Marketing Digital y Comercio Electrónico y Organizadora de Eventos. Fundadora de Tdax, web destinada a conectar expertos en Tdah y problemas de aprendizaje con familias

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